domingo, 5 de febrero de 2017

Samanta Villar: «Un bebé destruye tu vida»

SAMANTA VILLAR, PERIODISTA, «Beyoncé, bendiciendo su embarazo, contribuye a ese relato edulcorado de la maternidad que yo critico», asegura
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Ser madre es un ‘must’. Modelos y actrices posan alardeando de bombo o con un precioso bebé en brazos… La ‘neoapología’ de la maternidad ya es epidemia. A sus 41 años, la periodista catalana Samanta Villar, reciente madre de mellizos, ha cuestionado ese mito. Y la han llamado de todo menos bonita. Lo suyo es un potito amargo, un biberón sin azúcar. Lo cuenta en ‘Madre hay más que una’.
– En su caso, dos. La que le prestó el óvulo y usted.
– En el título no me refiero a eso. La donante del óvulo ni es ni se siente madre. Yo hablo de que hay muchas formas de vivir la maternidad.
– Pues la ha vuelto a armar. Eso le pasa por mentar la madre.
– Ja, ja, ja. Lo único que he hecho es cuestionar eso de que solo serás feliz de verdad si eres madre, que es lo mejor que te va a pasar en la vida. Yo no soy más feliz por ser madre. Sin hijos se puede ser una mujer plena.
– Beyoncé, embarazada de gemelos, se proclama bendecida. ¿Esos mensajes hacen más daño que Disney?
– Ahondan en ese relato único de la maternidad. Nadie te dice que esto puede ser complicado, incómodo, que la faena de tener un hijo es ‘tela’… Un bebé te absorbe, destruye tu vida. Y si crees que viene a compensar tus carencias lo tienes claro.
– ¿Detrás de la nueva exaltación maternal habrá una multinacional de pañales?
– Je, je… No sé. A mí me dicen que estoy monetizando lo contrario con mi libro. Pero no. Yo cuando veo una buena historia me nace contarla. Siempre me pongo del lado de aquellos a los que machacan y a la mujer que no ha sido madre se la estigmatiza, la hacen sentirse discapacitada.
– «Eres infértil». ¿Cómo le sentó?
– Eso se ha contado mal. Yo era fértil, pero a partir de los 35 la reserva ovárica cae en picado. Ahora tengo solo un 2% de probabilidades de quedarme embarazada.
– Lo intentó durante cuatro años. ¿Por qué ese afán?
– Porque se me acababa el tiempo y tenía la sensación de que si no lo probaba me iba a arrepentir. Todos te dicen: ¿Te lo vas a perder? Luego resulta que es irreversible.
– Y se arrepiente.
– No. Si esto fuera Matrix y me pudiera tomar la pastilla azul para olvidarlo todo no me la tomaría. A mí me gusta querer a mis hijos. Aunque a veces me ponen al límite.
– ¿Ha probado el método Estivill?
– Qué va, yo los tengo en mi habitación. Colecho (cama compartida), a muerte, porque así duermo más. A lo mejor estoy diez años durmiendo con mis hijos… Pues bienvenido sea. A los 16 ya no me querrán ni ver. Yo a los doce años le dije a mi madre: «Mamá, con lo inteligente que eres, ¿cómo es que has tenido hijos?». A esa edad ya me daba cuenta de que los hijos eran un follón, un estrés.
– Vamos, que no compensa…
– Eso se lo diré con el tiempo. Estoy en el primer año de crianza, que es el más duro, y tengo mellizos. Los médicos te implantan dos porque dicen que hay solo un 25% de probabilidades de embarazo gemelar…
– ¿Le gustaría que sus hijos conocieran a la donante?
– Me encantaría, pero la ley española no lo permite. Solo sé que es morena y de ojos claros, como yo.
– Una madre ha escrito en las redes que lo que usted añora es la manicura y el spa.
– La ignorancia es muy osada. Esa señora no sabe que yo no me he hecho una manicura en mi vida ni voy al spa.
– ¿El ojo del huracán es su lugar en el mundo?
– Es el lugar de la gente que es libre, tiene capacidad crítica y rompe las normas sociales. Y esa gente sirve para avanzar. Pero todos somos necesarios: los que rompemos las normas y la masa que viene detrás.

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