miércoles, 15 de febrero de 2017

Samanta Villar: «La maternidad supone un sacrificio estratosférico»

Apartó la televisión para dedicarse a sus mellizos. Contó su embarazo en «9 meses con Samanta» y ahora cuenta su experiencia en el libro «Madre hay más que una»
SAMANTA VILLAR: "TENER HIJOS ES PERDER CALIDAD DE VIDA"
¿Qué significa ser madre?
Un cambio de vida a todos los niveles. Diría que hay que reconstruir la vida cuando aparece un bebé, pero es posible. A ser madre le acompañan momentos preciosos pero también infernales.
¿Madre hay más que una?
El modelo y la manera de vivir la maternidad es muy diversa. Es un título transgresor que pretende remover conciencias. Ese relato idílico de que la maternidad es lo mejor que te puede pasar en la vida es solo una parte de la realidad ya que también supone un sacrificio enorme y estratosférico. La maternidad puede ser muy bonita por momentos pero esto no nos debe impedir contar las cosas como son.
Compartiste la experiencia del embarazo y ahora la maternidad. ¿Qué no contarías?
Hay muchas cosas que no cuento y que me reservo para mí. Hay tiempo para todo. He compartido la ovodonación porque hay un tabú a su alrededor y me parecía que como figura pública ayudaba mucho a normalizarlo al decir que mis hijos son fruto de la donación de óvulos.
En el libro relatas el complicado proceso de la gestación de tus dos pequeños. De todo el tratamiento ¿qué es lo peor y qué recomendarías a quién se fuera a embarcar en ello?
Recomiendo mucha calma y paciencia así como ser feliz todos los días porque es la mejor manera de conseguir lo que quieres y, si no lo consigues da igual, porque sigues siendo feliz.
Hablas de una «visión honesta y real de la maternidad». ¿Sientes que algunas madres mienten cuando cuentan su experiencia?
Siento que hay un tabú enorme alrededor de la maternidad que impide explicar alguna de las cosas, sobre todo las negativas. Al final te llega un relato sesgado de que ser madre es lo mejor que te va a pasar en la vida; vale, es lo mejor en algunos aspectos, pero puede ser lo peor en otros y está bien que tengamos información y lo sepamos.
¿Ser madre te llegó a obsesionar?
No, en absoluto. Mantuve la calma.
¿Crees que se debería divulgar o advertir más sobre las ventajas de la congelación de óvulos?
Sin duda, porque un dato que no conocemos es que a partir de los 35 años nuestra reserva ovárica baja en picado y creo que muchas mujeres, con esta información, tomarían decisiones diferentes.
Es un proceso caro y no está al alcance de toda la población, ¿se debería subvencionar?
Debería cubrirlo la Seguridad Social en todos sus aspectos, claro que sí. La desgracia es que las listas de espera son larguísimas, a partir de los cuarenta años ya no te atienden, en muchísimos sitios no hay donación de óvulos ni de esperma con lo que al final, nos abocan a la sanidad privada y éste es un gran negocio para ellos.
¿Cómo viviste sicológicamente la ovodonación?
Pasé un periodo de duelo genético que es el dolor por el que se pasa al darte cuenta de que tus hijos no van a llevar tu carga genética, pero luego me dio mucho miedo generar un fantasma con esto y decidí que no, que tenía que vivirlo con tranquilidad y alegría para poder hacer que mis hijos también lo vivieran así.
Con los pequeños a punto de cumplir un añito, ¿qué consejo le darías a una madre primeriza?
Que no se agobie, que pida ayuda y que no se sienta culpable si lo que está sintiendo no se corresponde con lo que le han contado. La maternidad es tan dura que todo el mundo ha pensado en algún momento por qué me he metido aquí.
¿Qué es para ti la felicidad?
Es algo que me obligo a sentir cada día. Tenemos demasiadas cosas de las que carecen miles de personas como para no valorarlo.
¿La maternidad es tu mejor reportaje?
Es mi mejor obra, sin duda, pero también la más dura.
¿Tendrás más hijos?
No lo he decidido, de momento, me centro en criar a estos y dentro de un tiempo ya veremos.

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