lunes, 9 de mayo de 2016

«Ahora soy esclava de dos niños maravillosos»

Samanta Villar muestra esta noche su parto en el último programa de ‘9 meses’ (Cuatro). «Haré este tipo de reportajes hasta que me apetezca»
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Famosa por vivir sus reportajes en primera persona, Samanta Villar (Barcelona, 1975) tenía uno pendiente desde hace tiempo: narrar su embarazo. Y la experiencia le vino por partida doble, con mellizos. «¡Madre mía, dos!», con esa frase arrancaba ‘9 meses’, el programa de Cuatro en el que la periodista ha querido mostrar todo el proceso y «desmitificarlo». Esta noche, a partir de las 22.30 horas, se emite el episodio final, con el momento del parto.
– Ha sido el reportaje más largo de su vida.
– Ha sido el más bonito pero también ha sido el más duro, que en estos casos siempre se habla de lo bueno pero no de los inconvenientes. Ha habido un poco de todo.
– ¿Cómo dio el primer paso?
– La idea me viene de lejos, de muy jovencita viví una anécdota con una dependienta embarazada que tenía mi edad y me dijo que lo estaba llevando muy mal porque si se quejaba la gente le miraba mal, ‘¿es que no te hace ilusión ser madre?’ le decían. Entonces me di cuenta de que había una idealización de la maternidad, un tabú alrededor de sus inconvenientes.
– ¿Quería desmitificarla?
– Exacto, ya tenía pensado un reportaje pero cuando me quedé embarazada me pregunté ‘¿por qué no aprovechamos esto para contar los pros y los contras?’ y propuse el formato.
– ¿Por qué cree que es un tema tabú?
– Tiene que ver con la sexualidad y las mujeres. Hay mucho control social respecto a eso. Me da rabia pronunciar esta palabra pero es muy heteropatriarcal, sobre todo eso de ‘el momento más feliz de la vida de una mujer es quedarse embarazada’. ¡Cómo se nota que los hombres no se quedan embarazados! No es tan maravilloso.
– ¿En casa le apoyaron con el reportaje?
– Claro, ellos ya sabían que tenía esto pensado desde hace mucho.
– ¿Qué fue lo más difícil de andar con cámaras durante ‘9 meses’?
– Encontrar las otras historias que retratamos en el programa, conseguir que nos abrieran las puertas, porque son historias muy íntimas: gestación subrogada, donantes de esperma no anónimos… De hecho nos hemos quedado con la espinita clavada por no haber podido sacar casos muy particulares y controvertidos… Me los guardo para futuros programas.
– No ha podido evitar levantar ciertas críticas.
– Entiendo perfectamente a la gente que no quiere mostrar su intimidad en televisión, porque lidio con eso cada día. Lo que ya no entiendo son a aquellos que censuran o critican a los que deciden hacerlo libremente. ¿Por qué les molesta tanto? Es otra forma de control social y por ahí no paso, voy a seguir haciendo este tipo de reportajes mientras me apetezca.
– ¿Hay mucha diferencia entre la Samanta de antes y la de después?
– Es un cliché, pero la hay. Para empezar mi vida ya no tiene nada que ver, yo viajaba mucho por mi trabajo y de eso me voy a tener que olvidar durante un tiempo. Y luego, por supuesto, con dos hijos he perdido mi libertad, soy esclava de dos niños maravillosos (risas).
– Su pareja le ayudará, ¿no?
– Claro, pero él trabaja, esa es la pena. Aquí la que lleva el peso de la crianza es la que se queda en casa.
– El próximo reportaje: ‘Mamá trabajadora’.
– (Carcajada) Sí, desde luego, ¡como tantas otras españolas! Es lo que toca.

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