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Nadie avisa a una puta

La prostitución es esa persona que te cruzas en un aeropuerto y es el timbre marcado en rojo en un portal de tu vecindario. A veces invisible y a veces a la vista de todos en las mismas aceras en las que te recoges tras una noche de fiesta. La prostitución se analiza desde el tabú, el desprecio, la censura o la compasión, pero pocas veces se cuenta, sin prejuicios, la historia que hay detrás de cada mujer.

La periodista Samanta Villar corre la cortina y nos cuenta la historia de siete prostitutas: la especializada en personas con discapacidad que ve su trabajo como una función social, la joven que rota por pisos de citas en donde nunca entra la luz, la anciana del barrio chino que aún ejerce porque la administración no reconoce su trabajo, la que se enamoró de un cliente tras conocerse en un foro de Internet, la emigrante captada por las mafias internacionales, la brasileña que se prostituye en un hotel de mentira y la escort que habita un mundo repleto de lujos. Unos retratos que nos habla de miedo, de ilusión, de amor y de injusticias.






Madre hay más que una

Cuando Samanta Villar tomó la decisión de ser madre, resultó que era demasiado mayor según los parámetros médicos. No solo eso, sino que posteriormente descubrió que era infértil. Pero su voluntad de ser madre prevaleció y tras cuatro años e innumerables fracasos, logró quedarse embarazada gracias a una donación de óvulos. A partir de aquí, la gran pregunta, la pregunta que cualquiera dispuesta a traer un hijo al mundo se hace, ¿qué significa ser madre?
Gracias a su propio testimonio y al de otras muchas mujeres y parejas que, como ella, decidieron tener un hijo, este libro nos acompaña durante el proceso de gestación y nos da una visión nada idílica pero honesta y real de la maternidad, de las miles de decisiones que deben tomarse, del sentido de responsabilidad y del vínculo inquebrantable que poco a poco, día a día, va creándose entre ese hijo y su madre.





La carga mental femenina

Hace un año, estaba en Málaga grabando un reportaje cuando recibí la peor llamada de mi vida. Mi hijo Damià acababa de entrar en quirófano. Tardé doce horas en poder llegar a Barcelona y tenerlo entre mis brazos. Cuando llegué, ya había tomado la decisión: no quería estar nunca más separada de mis hijos siendo tan pequeños. ¿Un padre hubiera tomado la misma decisión que yo?»
La declaración de Hacienda, la reunión de padres, la lista de la compra, llamar al seguro, la colada… La carga mental es el síndrome de las mujeres que viven abrumadas por el cúmulo de responsabilidades de su vida cotidiana. Porque, mal que nos pese, la lucha por la igualdad en el ámbito profesional no ha ido pareja a un reparto equilibrado de las tareas del hogar. El resultado: mujeres que viven con el doble peso de su vida laboral y familiar.
El libro aborda este problema dándole visibilidad y asumiendo un hecho inequívoco: que la conciliación no existe. Son historias cotidianas las que conforman el libro, protagonizadas por madres desbordadas cuya vida se ha convertido en un juego de equilibrismos imposibles. Porque, como dice Samanta, «hemos asumido como naturales comportamientos y tareas que no lo son, y darles el apellido de carga mental es una manera de reconocer que algo tenemos que cambiar nosotras si queremos sentirnos liberadas.









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