martes, 1 de mayo de 2018

Samanta Villar: “Las críticas ya no me quitan el sueño. Quien las hace es porque no tiene toda la información”

Prácticamente todos los temas que trató la periodista Samanta Villar en el programa 21 días salieron durante una calçotada con el equipo de dirección y producción. La productora Boca Boca intuía que este género factual, basado en la vivencia de la presentadora y la conexión emocional con la audiencia, tendría éxito, que lo tuvo, e incluso un premio Ondas, pero lo que nadie imaginaba eran las consecuencias psicológicas para Samanta. Reconoce que lo más difícil de hacer el programa era volver a casa dejando aquellas personas sufriendo, en algunos casos. De hecho, en muchos continúa ayudándoles
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Vivirlo para contarlo “. Este fue el título de la conferencia que hizo la periodista Samanta Villar en la inauguración de la Semana de la Comunicación de la UdL que este año ha celebrado la edición número 15 dedicada al documental. Samanta cautivó al auditorio hablando de su experiencia grabando los programas que le dieron popularidad, prestigio y un premio Ondas: 21 días y Conexión Samanta. Al contrario de lo que es propio de los géneros periodísticos tradicionales, que requieren una documentación previa, el factual, se basa en que el periodista vaya en blanco, por lo que su vivencia y emoción sea información y una vía de conexión con la audiencia. Nos encontramos con la Samanta después de su conferencia y de los minutos de photocall, donde, por cuestión de tiempo, muchos se quedan sin la foto. Vamos a contrarreloj cuando nos sentamos en una sala del Rectorado. Tenemos exactamente 10 minutos para hablar con ella, aunque los alargaremos hasta el 20, cuando los estudiantes de Comunicación y organizadores de la jornada nos llamarán a la puerta por segunda vez indicando que estamos fuera de tiempo.
La molesta que le digan “la periodista de las polémicas”?
En absoluto. No rehuyo las polémicas. Soy contundente con mis ideas y en la forma que tengo de expresarlas. Soy libre, y tiene mucho que ver con cómo me han criado mis padres, sin prejuicios y en libertad de pensamiento y acciones. La verdad es que no me quita el sueño que me critiquen, ahora ya no. Creo que la gente que critica es porque no tiene suficiente información como para no juzgar, hablan desde una postura de información sesgada y por tanto, al entender esto, los he perdonado. No lo hacen queriendo, sino porque no tienen toda la información. He aprendido a perdonar a los que me critican y eso me ha aportado serenidad.
Dice que “ahora ya no”. Así pues, cuando le hacía perder el sueño que la criticaran?
Al principio de 21 días, había mucha gente que decía, sobre todo, que era una pantomima, que yo no vivía realmente lo que se veía en la pantalla, que estaba todo preparado. Y nada más lejos, yo iba a grabar cada programa en blanco. Sin tener ningún tipo de información de lo que iba a vivir. Precisamente el periodismo actual se basa, en parte, en eso, en el factor sorpresa del periodista que vive la situación y por tanto la cuenta tal como la vive conectando con la audiencia desde la sinceridad y la emoción, que también es información.
Acompaño algunos de mis personajes a hacer gestiones porque hay
gente que, desgraciadamente, sólo se mueve cuando ve una cara de la tele
Qué es lo que más le costaba hacer los programas como 21 días o Conexión Samanta?
Volver a casa y dejar las personas que habían sido los protagonistas y personajes de mi reportaje en su realidad de sufrimiento y necesidades, en muchos casos, como por ejemplo, marchar de la mina y dejar allí la Marlen y sus cinco hijos.
En el caso de la Marlen, salir en su programa le sirvió para tener oportunidades. Hubo un gran movimiento solidario y se recaudó fondos para sacar la familia de la mina. Mantiene relación con ella?
Sí, y tanto. Mantengo relación con muchos de “mis personajes” y siempre que puedo los ayudo, a nivel personal. En alguna ocasión los he acompañado a hacer trámites burocráticos de los que no se salían. Es triste que la cosa funcione mejor cuando ven una cara de la tele. Es triste que haya que ir yo para que se les escuchen y les hagan caso, pero si mi presencia hace que la gente se mueva y actúe, lo seguiré haciendo.
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El otro día veíamos en su Instagram que participaba en la manifestación por la libertad de expresión celebrada en Barcelona. Qué salud tiene la libertad de expresión?
Ha habido un retroceso muy importante, más allá de la indiscutible utilización política de la judicatura española. Se ha impuesto lo políticamente correcto y eso es castrante. Actualmente, la creatividad y el humor tienen menos espacio y todo para no ofender y esto no puede ser. Ahora bien, confío en que esta castración y retroceso sea pasajero y, como en todo, pase este ciclo.
Qué vendrá después?
El momento más punky ever. Todo lo contrario de lo que vivimos ahora y elevado al cuadrado.
Ha sufrido las consecuencias del recorte de libertad de expresión actual?
Sí, y tanto! Los capítulos de 21 días y de Conexión Samanta tienen reemisión en otros canales de Mediaset. Pues bien, hay episodios sobre sexo, por ejemplo, que no se pueden emitir. Por lo tanto, hace 10 años yo hacía reportajes de sexo que hoy en día no se podrían hacer y ni siquiera se pueden pasar a la multidifusión.
Qué es lo que es tan grave de los programas que hizo hace 10 años que no permiten su multidifusión?
Por poner un ejemplo, palabras como “porno”. No se puede decir de ninguna manera. Lo peor de todo no es prohibir; es por qué lo prohíbes. Estas directrices vienen determinadas por el ministerio español, no es cosa de la tele. Pues, como te decía, lo que es realmente preocupante es que la gente que lo prohíbe lo haga convencidos de que es por tu bien. La gente que piensa que hace el bien, generalmente es quien más daño hace.
Hace 10 años, trataba temas en los reportajes que hoy
día sería impensable por la falta de libertad de expresión que padecemos
Vive en Barcelona y trabaja mucho en Madrid. Como vive el proceso catalán?
Desde el respeto a las dos bandas pero sin compartir lo que dice una ni la otra. Creo que falta un canal político que dé salida al sentimiento independentista, se merece una negociación política, pero no encuentro argumentos cuando se dice que hay una ley que se debe respetar. Se debería encontrar otra vía que no fuera ni saltarse la ley ni el inmovilismo de no negociar.
Las leyes se hacen.
Por ello, modificamos-la para no saltarse-la. Hay una irresponsabilidad política en ambos lados. Soy equidistante porque veo que los dos hacen las cosas mal. Me haré una camiseta que diga “soy equidistante”.
Se vendería.
Más de la mitad de Cataluña no es independentista. Pero no todos están en la equidistancia. Hay todo un tacticismo, más allá del independentismo. Lo que veo es que todos los movimientos son tácticos y estratégicos electoralmente, por eso desconecto.
Abrimos y cerramos con polémicas. Saltamos a finales del 2017, hasta el Chester de Risto Mejide. Sus declaraciones sobre la maternidad incendiaron las redes y provocaron una lluvia de críticas. Si volviera atrás, haría la misma entrevista?
Sí, pero matizando una frase que digo allí. Él me pregunta si hubiera sido madre si me hubieran hablado de cómo era la maternidad, y diría que sí. Me gustan mucho los niños y soy muy feliz con mis hijos.
No la entendieron?
Quizá ni eso. Es que yo hablaba de mí, no juzgaba la opción de maternidad o de crianza de nadie, sino que hablaba de las cosas que a mí me costaban de la maternidad y que nadie me había explicado antes.

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